Tras realizar varios cursos relacionados con animales exóticos , se encuentra en el equipo para poder ofrecer sus servicios también a esta parte tan olvidada y difícil de nuestra profesión. Siempre con una sonrisa intenta que incluso esos malos momentos se conviertan en menos malos.
En sus ratos libres le encanta salir con sus amigos, ver series y pelis en casa y viajar.
Lobi y Patricia se encontraron una calurosa tarde de verano, cuando ella estaba trabajando en una clínica veterinaria.
Me encontraron tirado en la calle los señores del servicio de proteccion animal, y aunque estaba con la cadera y el paladar partidos, y un bastante mal pronóstico, enseguida encontré la manera de que «mamá Patri» me llevara a casa mirándola con esos ojitos de gatito abandonado y dolorido, donde casi 6 años después sigo haciendo de las mías aunque me queden unas cuantas secuelas. Soy un poco trabajoso porque tiene que vaciarme la vejiga todos los días un par de veces, no puede dejarme solo ni un solo día , y a veces se me escapa un poquito el pipí, pero sé a ciencia cierta que he encontrado mi hogar a su lado, y que me cuidará y mimará hasta el final, aunque le robe la camita a mi hermano perruno Rambo.